Por Pedro Ramirez
Antes de la final de la Copa Libertadores 2001, a Boca Juniors llegó un jugador que se pensó podría dejar una huella en el club. Sin embargo, apenas duró siete meses y se despidió a inicios del siguiente año. Dijo que admira a Juan Román Riquelme y ahora es empresario.
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Se trata de Jorginho Paulista, exlateral o mediocampista izquiero, quien arribó en junio de 2001 al mejor equipo del Continente. Apenas actuó seis compromisos y jamás logró adaptarse a la idea táctica de Carlos Bianchi. Cuenta que en Brasil podía proyectarse con libertad, sin embargo, con el ‘Virrey’ tuvo que dedicarse netamente a las labores defensivas.
A inicios de 2002, se despidió del xeneize. No obstante, dejó una anécdota sobre Juan Román Riquelme. El brasileño contó que todos los miércoles había un asado en el club. Pese a que no estaban todos los jugadores de esa época, el ‘10’ lo invitó en más de una ocasión. Paulista contó que el exvolante e ídolo del xeneize contó: “fuimos campeones de la Copa América comiendo milanesas”.
Tras jugar en clubes como Palmeiras, Vasco da Gama, Cruzeiro, Sao Paulo, Pumas, entre otros, se retiró de la actividad profesional, pero no se desligó del fútbol. Actualmente, es cazatalentos de jóvenes figuras.
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